Con el amor como brújula, el coraje como escudo y la gratitud como aliento, recordemos a Ada con esperanza y paz en nuestros corazones. Su resiliencia nos inspira a seguir adelante, transformando la tristeza en fortaleza y el dolor en compasión. Que su luz continúe guiándonos por senderos de amor incondicional y bondad infinita. En cada amanecer, encontremos la fuerza para abrazar la vida con valentía y generosidad. Que su memoria sea un faro de esperanza, recordándonos que siempre hay espacio para la luz, incluso en los momentos más oscuros.
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21 de diciembre de 2019