En el jardín de la vida, cada recuerdo de Adriana V. B. irradiará amor y gratitud, recordándonos que el coraje y la resiliencia florecen en los momentos más oscuros. Que su legado sea un faro de esperanza, guiándonos hacia la paz y la serenidad en medio de la tormenta. Que sus pasos por este mundo nos inspiren a abrazar cada día con renovado amor y asombro, recordándonos que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con gratitud y alegría. Que su luz siga brillando en nuestros corazones, recordándonos la belleza de abrazar la vida con valentía y amor inquebrantable.
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24 de mayo de 2024