En el legado de Agustín Gana Fontecilla perdura un ejemplo luminoso de amor inquebrantable, coraje sereno y resiliencia incansable. Sigamos adelante con gratitud en el corazón, nutriendo nuestra alma con la paz que solo el amor verdadero puede brindar. Que su recuerdo sea un faro de esperanza, recordándonos la fuerza interior que reside en cada uno de nosotros. En sus pasos encontramos el valor para abrazar la vida con generosidad, transformando cada desafío en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Sigamos adelante, con la certeza de que la esperanza nunca nos abandona.
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19 de mayo de 2024