En el legado de Alberto Piwonka Zañartu perdura un amor eterno que inspira coraje y resiliencia en cada corazón. Que su recuerdo llene de gratitud nuestros días, recordándonos que la paz interior es el regalo más preciado. Sigamos adelante con la esperanza encendida, sabiendo que la luz que una vez brilló en su alma sigue guiándonos en la oscuridad. En cada sonrisa, en cada lágrima, en cada paso, llevemos consigo la esencia de su espíritu bondadoso. Que su memoria sea un faro de amor que ilumine nuestro camino y nos impulse a amar con valentía.
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8 de abril de 2024