En el jardín de la vida, cada pétalo de amor que sembramos florece en recuerdos que abrazan el alma con suavidad. Que la luz de la gratitud ilumine tu sendero, recordándote la resiliencia de tu corazón bravo y valiente. En cada amanecer, encuentra paz en la certeza de que el amor nunca muere, solo se transforma en energía que nos impulsa a seguir adelante con esperanza y fortaleza. Que la memoria de Alejandro Rodrigo Escobar Díaz sea un faro de luz y amor inagotable, recordándonos que en cada despedida, late la promesa de un nuevo encuentro.
Publicado en el archivo
4 de diciembre de 2019