En memoria de Alejandro Sabugal Armijo, recordemos que en el jardín de la vida, las flores del amor y la gratitud nunca se marchitan. Que su coraje y resiliencia sigan inspirándonos a abrazar cada amanecer con esperanza y valentía. En los susurros del viento, encontraremos la paz que nos guiará en el camino, recordándonos que cada lágrima derramada es un tributo al amor compartido. Sigamos adelante con la luz de su ejemplo como guía, sabiendo que cada desafío es una oportunidad para crecer y abrazar la belleza de la vida con humildad y gratitud.
Publicado en el archivo
17 de junio de 2019