Que la luz del amor que Alfonso Victorino Luján Carrasco irradiaba ilumine nuestros caminos en los momentos oscuros, infundiendo coraje en nuestros corazones para seguir adelante con resiliencia y gratitud por cada instante vivido juntos. En su memoria, cultivemos la paz interior que nos permita superar las adversidades con nobleza y compasión hacia nosotros mismos y los demás. Recordemos siempre que el amor y la esperanza son los pilares que sostienen nuestro ser, guiándonos hacia un futuro lleno de posibilidades y aprendizajes. Sigamos adelante con valentía y fe en el mañana.
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6 de enero de 2020