En cada amanecer, en cada suspiro, en cada latido del corazón, recordemos el legado de Alfredo Horst Schulz Schmidt: amor inquebrantable, coraje eterno, resiliencia infinita. En medio de la oscuridad, sepamos que la luz siempre brilla, la esperanza siempre perdura. Agradezcamos por cada instante vivido, por cada lección aprendida, por cada amor compartido. Que en la calma de la paz interior, encontremos fuerza para seguir adelante, para abrazar la vida con valentía y gratitud. Que la memoria de Alfredo sea un faro de amor, guía que ilumina nuestro camino con esperanza y serenidad.
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19 de abril de 2020