En la quietud de los recuerdos florecen semillas de amor eterno, guiando nuestros pasos con la luz serena de Alicia Valenzuela Miranda, recordándonos que en cada amanecer hay un abrazo del universo susurrando esperanza. Que su legado de humildad y bondad nos inspire a cultivar la gratitud en el jardín del alma, donde cada pétalo es un recordatorio de que la vida es un regalo precioso. Que en su memoria encontremos fuerza para abrazar la belleza de los pequeños instantes y navegar en la calma del presente con corazones rebosantes de amor y esperanza.
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20 de mayo de 2019