En el jardín de la vida, el recuerdo de Amelia Rosa Valenzuela Montoya florece como una rosa eterna, recordándonos la importancia de abrazar con gratitud cada instante y de cultivar la resiliencia en medio de las tormentas. Su legado de amor y coraje nos invita a seguir adelante con la certeza de que, aunque el dolor nos acompañe, la paz también encuentra su lugar en nuestros corazones. Que su luz brillante nos guíe en la oscuridad, recordándonos que, en la fragilidad de la existencia, el amor y la esperanza son las semillas que siempre germinan con fuerza y belleza.
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2 de agosto de 2019