En honor a Ana Elena Mena Ríos, recordemos que la vida abre sus brazos a quienes abrazan la esperanza con valentía y gratitud. Que su legado de amor y resiliencia nos inspire a enfrentar cada amanecer con coraje y compasión en el corazón. En los momentos de silencio, sintamos su luz guiándonos hacia la paz interior, recordándonos que cada lágrima derramada es una semilla de fortaleza. Con cada paso, cultivemos el jardín de la vida con flores de esperanza y gratitud, sabiendo que su memoria perdurará en nuestros corazones para siempre.
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5 de octubre de 2019