En el suave murmullo del viento, encontramos la fuerza para seguir adelante, en la lluvia que acaricia la tierra, descubrimos la resiliencia que late en nuestro ser. Que el amor que Ana Inés sembró en cada gesto perdure en nuestros corazones, y que su coraje nos inspire a abrazar la vida con gratitud y valentía. Que en la quietud de la noche, encontremos paz, y en cada amanecer, renovemos la esperanza. Recuerda, en cada lágrima, hay un destello de luz que guía nuestro camino hacia un mañana lleno de posibilidades y amor inquebrantable.
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15 de noviembre de 2019