Que el amor inunde tu corazón, y la gratitud llene tus días, recordando el coraje y la resiliencia que nos enseñó Ana Luisa. En su memoria, abracemos la paz interior, sigamos adelante con esperanza y permitamos que la luz de su espíritu guíe nuestro camino. A través de las lágrimas, florece la fortaleza, y en cada recuerdo, encontramos consuelo. Que su legado de bondad nos inspire a ser mejores, a amar más profundamente y a luchar con valentía. En honor a Ana Luisa, vivamos con amor y generosidad, sabiendo que su luz brillará eternamente en nuestras vidas.
Publicado en el archivo
4 de junio de 2020