Que la luz eterna de Ana Luz María del Carmen Medina Estévez ilumine nuestros corazones con amor incondicional, nos inspire a abrazar la vida con coraje y resiliencia, agradeciendo cada instante como un regalo precioso. Que su memoria nos guíe hacia la paz interior, recordándonos que en cada desafío hay oportunidad de crecimiento y transformación. Sigamos adelante con fe en el futuro, sabiendo que el amor perdura más allá de la distancia y el tiempo. Que su espíritu nos acompañe en este camino, recordándonos que la esperanza nunca se desvanece.
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17 de agosto de 2019