En el camino de la vida, el amor y la gratitud son semillas que cultivamos con coraje y resiliencia. Que la paz que Ana María Simon Seura irradiaba siga guiando nuestros pasos, recordándonos que cada día es una oportunidad para abrazar la esperanza y sembrar la bondad en el mundo. Que su legado nos inspire a enfrentar los desafíos con valentía y a ver la luz incluso en los momentos más oscuros. En su memoria, sigamos adelante con el corazón lleno de amor y la certeza de que el futuro nos aguarda con nuevas oportunidades. ¡Ánimo y esperanza!
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24 de noviembre de 2019