En la memoria de Andrés Ureta Fernández, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que germinan en el corazón, infundiendo coraje y resiliencia en tiempos de dificultad. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con esperanza, cultivando la paz interior que nos guía en el camino. Mantengamos viva su luz en nuestros corazones, recordando que cada amanecer es un regalo para apreciar y cada desafío una oportunidad para crecer. En la eternidad del amor que compartimos, encontramos la fuerza para seguir adelante con valentía y compasión.
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25 de noviembre de 2019