En la memoria de Antonieta de los Ángeles Araya Bravo, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que cultivan la esperanza en nuestro corazón. Con coraje y resiliencia, sigamos el camino con sabiduría, sabiendo que cada desafío nos fortalece. Que la paz interior sea nuestra guía, y que en cada nueva jornada encontremos motivos para sonreír. Recordemos con cariño su legado y permitamos que su luz ilumine nuestro camino, recordándonos que el amor y la esperanza son fuerzas inquebrantables capaces de transformar nuestras vidas y las de quienes nos rodean.
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4 de marzo de 2020