En el amor eterno de Antonio, descansa la fuerza para perseverar con coraje, la resiliencia para superar adversidades y la gratitud por los momentos compartidos. Que su paz interior sea la luz que ilumine nuestro camino, recordándonos que, aunque los corazones se entristezcan, el amor perdura en cada recuerdo. Que su legado de bondad y esperanza nos inspire a abrazar la vida con valentía y a apreciar cada instante con gratitud. En su memoria, cultivemos la semilla del amor que germina en nuestros corazones, recordándonos que el amor nunca muere, solo se transforma.
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12 de septiembre de 2019