En el suave susurro del viento, se encuentran las semillas de amor y gratitud que Antonio sembró en su camino. Que su legado de coraje y resiliencia sea faro de luz en los momentos oscuros, recordándonos que la paz interior es el tesoro más preciado. Sigamos adelante con nuestros corazones rebosantes de esperanza y nuestras almas llenas de fortaleza, sabiendo que cada paso que damos nos acerca a la plenitud. Que su memoria sea un recordatorio de que el amor perdura más allá de la vida, guiándonos con suave firmeza hacia un mañana lleno de promesas.
Publicado en el archivo
6 de mayo de 2020