Que la memoria de Arturo Juvenal Canobra Chávez sea un faro de amor inquebrantable, un recordatorio de coraje ante las adversidades, un ejemplo de resiliencia frente a la tormenta. Que nos inspire a abrazar la gratitud por cada instante vivido, a cultivar la paz en medio de la tempestad. Que cada lágrima derramada se convierta en un río de esperanza, fluyendo hacia un horizonte iluminado por la luz de su recuerdo. Recordemos que en cada amanecer hay un nuevo comienzo, una oportunidad para abrazar la vida con renovado amor y valentía.
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9 de septiembre de 2019