En memoria de Carl Lüders Schwarzenberg, recordemos que cada amanecer trae consigo la promesa de un nuevo comienzo, impregnado de amor y gratitud. Que la paz interior nos guíe en la incertidumbre, y la resiliencia sea nuestro faro en las tormentas de la vida. Con coraje para enfrentar desafíos y aceptar lo desconocido, construyamos un sendero de esperanza y luz. En cada paso, en cada suspiro, cultivemos la semilla del amor incondicional y la bondad hacia nosotros y los demás. En honor a su legado, sigamos adelante con humildad y ponderación, sabiendo que somos capaces de encontrar belleza incluso en la oscuridad.
Publicado en el archivo
24 de mayo de 2024