En el corazón de quienes lo amaron, Carlos siempre será recordado como un faro de coraje y resiliencia, que irradiaba amor y gratitud en cada paso. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía, a cultivar la paz en nuestro ser y a sembrar semillas de esperanza dondequiera que vayamos. En cada amanecer y en cada anochecer, recordemos que el amor incondicional es el puente que nos conecta con aquellos que ya no están físicamente, pero cuyo espíritu perdura en cada acto de bondad. Que su luz siga brillando en nuestro camino.
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31 de julio de 2019