En la memoria de Carlos Enrique Ayala Vidal, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que siempre dan frutos de esperanza y paz. Que su coraje y resiliencia sean faros que iluminen nuestro camino en los momentos oscuros. Cada suspiro es un recordatorio de que la vida es un regalo precioso, llenémosla con amor y bondad. En cada latido de nuestro corazón, encontremos la fuerza para seguir adelante con valentía. Que su legado inspire en nosotros la determinación de abrazar cada día con gratitud y vivir con pasión y propósito.
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7 de marzo de 2020