En memoria de Carmen Concha Rodríguez de Larraín, recordemos que en el jardín de la vida cada flor, incluso la más pequeña, aporta su belleza única. Con amor inquebrantable, coraje para enfrentar las tormentas, y resiliencia como las olas en el mar, sigamos adelante. Que la gratitud por los momentos compartidos ilumine nuestro camino con destellos de paz y esperanza, recordándonos que cada amanecer trae consigo nuevas oportunidades para crecer y florecer. En cada latido de nuestro corazón, su legado perdura, inspirándonos a abrazar la vida con valentía y amor.
Publicado en el archivo
18 de abril de 2020