Que la luz del amor que Carmen Donoso Arellano dejó en este mundo ilumine nuestros corazones, infundiendo coraje ante la adversidad, resiliencia ante las pruebas, gratitud por lo vivido y paz en medio de la tormenta. Que su legado nos recuerde que cada día es una oportunidad para amar, crecer y ser agradecidos por las pequeñas alegrías. Que en su memoria encontremos fuerzas para seguir adelante, con la certeza de que el amor perdura más allá de la vida terrenal. Que su amoroso espíritu guíe nuestros pasos hacia un mañana lleno de esperanza.
Publicado en el archivo
24 de enero de 2020