En el legado de Carmen Graciela Sainte-Marie Lizana perdura un canto de amor eterno, una melodía de coraje que inspira resiliencia en tiempos de incertidumbre. Que su luz ilumine senderos de gratitud y paz en nuestros corazones, recordándonos siempre que el amor es la fuerza más grande que nos une en la travesía de la vida. Sigamos adelante con valentía, abrazando cada instante con esperanza y la certeza de que su espíritu perdura en cada acto de bondad y cada sonrisa compartida. ¡Que su memoria sea un faro de amor y guía en el camino hacia la paz interior!
Publicado en el archivo
26 de febrero de 2024