En la suave bravura de una rosa en flor, hallamos la fortaleza de Carmen Muñoz Varas, cuyo legado de amor y humildad perdura como luz en la oscuridad. Que su memoria sea un bálsamo para el alma, recordándonos que en los actos pequeños y silenciosos reside la grandeza más profunda. En cada petalo una enseñanza, en cada perfume un abrazo cálido. Que su espíritu sereno nos guíe en la senda de la vida, recordándonos que en la sencillez y la bondad encontramos la verdadera plenitud. Que su ejemplo nos inspire a cultivar la esperanza con pasión y gratitud.
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2 de enero de 2024