Que la luz del amor que Carmen Ramos Lira irradiaba desde su corazón siga guiando a todos en su ausencia, brindando coraje para superar las adversidades, resiliencia para levantarse ante las caídas, gratitud por los momentos compartidos y paz en medio de la tormenta. Que su legado nos recuerde la importancia de vivir con bondad y esperanza, encontrando consuelo en los recuerdos y fortaleza en el amor que perdura. En cada amanecer, en cada sonrisa, en cada gesto de generosidad, su espíritu vive, recordándonos que el amor es eterno y que la esperanza nunca se desvanece.
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9 de abril de 2024