Que la luz del amor que Carmen Rosa de Landa de Gana compartió ilumine nuestros corazones, infundiendo coraje para superar las adversidades con resiliencia y gratitud. En su memoria, aspiremos a cultivar la paz interior que ella irradiaba, recordando que cada día es una oportunidad para florecer con esperanza y compasión. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía y bondad, honrando su espíritu eterno a través de nuestros propios actos de amor incondicional. En cada paso que damos, recordemos su amoroso legado y sigamos adelante con fe en el mañana.
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20 de enero de 2020