En el suave abrazo del recuerdo, florecen semillas de coraje y gratitud, guiándonos por senderos de paz y amor eterno. Que la luz de la resiliencia ilumine nuestros corazones, recordándonos que en la nobleza de los recuerdos perdura la esperanza. Que cada lágrima derramada sea un canto de amor, cada suspiro una ocasión para fortalecer nuestro espíritu. Sigamos adelante con la certeza de que su legado de bondad perdura en cada latido del universo, recordándonos la belleza efímera de la vida. Que en su memoria encontremos consuelo y fuerza para abrazar el mañana con valentía y compasión.
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8 de mayo de 2020