En el jardín de la vida de Claudia, florecen las semillas de amor, coraje y gratitud que sembró. Su legado de resiliencia y paz nos abraza, recordándonos que en cada pétalo hay una historia de esperanza. Que su luz ilumine nuestros caminos, invitándonos a abrazar la vida con valentía y aceptación. Cada lágrima derramada es un tributo al amor compartido, cada sonrisa un sello de agradecimiento por los momentos vividos juntos. En la memoria de Claudia, encontremos fuerza para abrazar el presente con amor y seguir adelante con fe en el mañana.
Publicado en el archivo
18 de septiembre de 2019