Que la luz del amor que Daniel Alberto Ramos Astudillo compartió con el mundo guíe nuestros corazones, inspirándonos a abrazar la vida con coraje y gratitud. En la resiliencia encontramos fuerza, en la paz encontramos consuelo. Recordémoslo con cariño, dejando que su espíritu nos impulse a seguir adelante con esperanza y bondad hacia los demás. Cada día es una nueva oportunidad para amar, para crecer, para ser agradecidos por las bendiciones que nos rodean. Con amor y compasión, construyamos un legado de luz que brille eternamente en nuestros corazones.
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11 de agosto de 2019