Que la luz del amor eterno de Deyanira del Tránsito Salgado Pereira ilumine nuestros corazones, recordándonos que el coraje y la resiliencia caminan de la mano en nuestro viaje. A través de la gratitud por los momentos compartidos, encontraremos la paz interior que anhelamos. Cada suspiro será un tributo a su memoria, cada paso un homenaje a su valentía. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con renovada esperanza, sabiendo que el amor verdadero perdura más allá del tiempo y el espacio. Que en cada amanecer, encontremos motivos para sonreír y seguir adelante con fe inquebrantable.
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3 de febrero de 2020