Que la luz que irradiaba Domingo Alberto Hernández Cid siga iluminando nuestros días, recordándonos que en la humildad y la serenidad encontramos la verdadera grandeza. Sigamos adelante con amor en nuestros corazones, sabiendo que cada paso que damos en la vida está lleno de esperanza y oportunidades para crecer y ser mejores personas. Recordemos su ejemplo de bondad y generosidad, y permitamos que su legado perdure en cada gesto de amabilidad que brindemos al prójimo. En su memoria, vivamos con gratitud y optimismo, sabiendo que el amor es la fuerza que siempre nos guiará.
Publicado en el archivo
13 de mayo de 2019