En el legado de Domingo Víctor Eyzaguirre Quesney, encontramos un faro de amor y resiliencia que guía nuestros corazones con coraje y gratitud. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con esperanza y paz, recordando que cada desafío nos fortalece y cada alegría nos nutre. Sigamos su ejemplo, cultivando la bondad en cada paso, y recordando que en la oscuridad siempre brillará la luz del amor. Que su espíritu perdure en nosotros, recordándonos que la vida, con todas sus sombras y luces, es un regalo precioso digno de ser vivido con plenitud.
Publicado en el archivo
31 de enero de 2020