En el legado de Domingo Varela Troncoso encontramos una luz eterna que nos inspira a abrazar con valentía los desafíos, a cultivar la gratitud por cada amanecer y a ser testigos de la belleza oculta en cada paso del camino. Que su memoria nos guíe hacia el amor incondicional, la resiliencia inquebrantable y la paz interior que trasciende toda adversidad. Recordemos siempre que, en la oscuridad de la pérdida, florecen nuevas oportunidades de crecimiento y conexión. Sigamos adelante con fe en nuestros corazones y el espíritu enraizado en la esperanza.
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22 de junio de 2019