En el suave abrazo del recuerdo, el amor de Dora ilumina nuestros corazones con gratitud y coraje. Su espíritu resiliente nos inspira a abrazar la vida con paz y esperanza, recordando siempre el valioso legado de su amor incondicional. Que cada amanecer sea un recordatorio de su luz, guiándonos con fortaleza y serenidad en nuestro camino. En cada paso que damos, llevamos con nosotros su amor eterno, transformando nuestras lágrimas en perlas de esperanza. Que su memoria nos llene de amor y nos recuerde la belleza de vivir con compasión y gratitud en cada momento.
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18 de septiembre de 2019