En la memoria de Eddie Navarrete Cerda, recordemos que el amor incondicional que sembró sigue floreciendo en cada corazón que tocó. Que su coraje inspire nuestra propia valentía, su resiliencia fortalezca nuestra determinación y su gratitud ilumine nuestro camino. En su honor, permitamos que la paz que encontró en sus días más oscuros nos guíe en los nuestros. Que su legado nos recuerde que en cada momento de incertidumbre, la esperanza brilla como una luz inquebrantable. En su ausencia física, su espíritu perdura, recordándonos que el amor nunca muere.
Publicado en el archivo
28 de septiembre de 2019