En memoria de Eduardo Emilio Espinoza Petermann, recordemos que el amor perdura más allá de la vida terrenal, ofreciendo coraje para seguir adelante con resiliencia y gratitud en nuestros corazones. Que la paz interior sea el faro que guíe nuestros pasos, recordándonos que en la oscuridad siempre habrá una luz de esperanza brillando con fuerza. Con cada amanecer, renovemos nuestra determinación de vivir con bondad y compasión, honrando la memoria de quienes ya no están físicamente, pero permanecen vivos en nuestro amor eterno. Que su legado inspire el nuestro, nutriendo al mundo con esperanza y luz.
Publicado en el archivo
10 de mayo de 2020