En honor a la vida de Eduardo Julio Novoa Coghlan, recordemos que en cada amanecer se encuentra renovada la oportunidad de abrazar con gratitud el amor que nos rodea. Que la llama de su coraje resida en nuestros corazones, recordándonos la resiliencia que reside en nosotros. En cada lágrima de tristeza, florezca una sonrisa de paz y esperanza, guiándonos en el camino hacia un mañana lleno de luz y amor. Que su memoria sea un faro de bondad que ilumine nuestros días, recordándonos siempre que el amor perdura más allá del tiempo y el espacio.
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11 de septiembre de 2019