Recordemos a Eduardo Rubén Martínez González con amor y gratitud en nuestros corazones. Su legado de coraje y resiliencia nos inspira a abrazar cada día con esperanza y paz. Sigamos adelante con valentía, recordando que la vida es un regalo precioso que debemos apreciar. En los momentos de oscuridad, recordemos su luz y permitamos que ilumine nuestro camino. Cada paso que damos nos acerca más a la sanación y al amor incondicional. Que su memoria nos recuerde siempre que, a pesar de las adversidades, el amor y la esperanza prevalecen.
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11 de enero de 2020