En el legado de Elena Garretón de Villaseca encontramos un faro de amor inquebrantable, un canto de coraje profundo y una lección de resiliencia imborrable. Que su memoria nos inspire a abrazar cada día con gratitud, a enfrentar los desafíos con valentía y a cultivar la paz interior que nos guía inquebrantable hacia el futuro. Permitamos que su luz ilumine nuestros caminos, recordándonos que en cada pequeño gesto de bondad y en cada acto de compasión, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante con esperanza y amor en nuestros corazones.
Publicado en el archivo
20 de marzo de 2020