Que la luz del amor que Elisa sembró en cada corazón ilumine nuestro camino, recordándonos que el coraje y la resiliencia son dones que llevamos dentro. En memoria de su espíritu eterno, cultivemos la gratitud por cada instante vivido y abracemos la paz que solo el amor más puro puede traer. Que su ejemplo nos inspire a seguir adelante con valentía y compasión, honrando su legado con cada paso que damos. En cada sonrisa, en cada lágrima, en cada suspiro, encontramos la fortaleza para continuar con esperanza en nuestros corazones.
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7 de diciembre de 2019