Que el amor que Enrique Prado Calvo compartió ilumine nuestros corazones con gratitud, inspirándonos a abrazar la vida con valentía y esperanza. Que su memoria nos guíe a ser resilientes ante las adversidades, recordando que la paz interior es un regalo que merecemos cultivar. Con cada amanecer, recordemos su legado y permitamos que su espíritu siga recordándonos que la vida es un precioso regalo lleno de oportunidades para crecer y amar. En la oscuridad, busquemos la luz que nos invita a ser compasivos y gentiles, honrando así su vida con cada paso que damos.
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20 de abril de 2024