En el jardín de la vida, las flores del amor y la gratitud siempre florecerán, recordándonos el coraje y resiliencia de aquellos que brillaron con luz propia como Erasmo Galvarino. Su legado de paz nos invita a abrazar cada día con esperanza, sabiendo que la bondad y la compasión son semillas que perduran en nuestro camino. Que su recuerdo nos inspire a seguir adelante con valentía, cultivando en nuestros corazones el amor incondicional y la fe inquebrantable en un futuro lleno de oportunidades y bendiciones. Que su paz eterna nos guíe en este viaje llamado vida.
Publicado en el archivo
26 de abril de 2020