En el jardín de la vida, las raíces de Felisa Estartus Irazabal seguirán floreciendo en forma de amor eterno, recordándonos la importancia de la gratitud y la resiliencia. Su legado nos enseña a abrazar la paz interior, a mantener viva la llama del coraje y a encontrar esperanza en cada nuevo amanecer. Que su memoria nos inspire a seguir adelante con fuerza y bondad, recordando siempre que el amor perdura más allá de la distancia. Que cada paso que demos esté impregnado de su luz y su ejemplo, guiándonos en el camino hacia la serenidad y la plenitud.
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7 de septiembre de 2019