En el legado de Fernando Andrés Peña Groeger perdura un faro de amor que guía nuestros corazones en momentos de sombra. Que su esencia llena de coraje y resiliencia nos inspire a abrazar la vida con gratitud, encontrando la paz en cada amanecer. Recordemos que, en los recuerdos compartidos, se teje un tejido sagrado de esperanza que nos impulsa a seguir adelante con fortaleza y bondad. Que la luz que él sembró en nosotros brille siempre con una intensidad imparable, recordándonos que en cada desafío reside una oportunidad para crecer y amar aún más profundamente.
Publicado en el archivo
11 de agosto de 2019