Que la luz del coraje que irradiaba Florinda del Carmen Baeza siga iluminando nuestros caminos, recordándonos que el amor y la gratitud son semillas de paz que florecen en el alma. Su resiliencia nos enseña que, incluso en la oscuridad, podemos encontrar fuerza para seguir adelante con esperanza en nuestro corazón. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con valentía, sabiendo que cada nuevo amanecer es un regalo lleno de posibilidades y amor incondicional. En cada suspiro, en cada latido, su espíritu vive en nosotros, recordándonos que el amor nunca muere.
Publicado en el archivo
24 de mayo de 2020