En el legado de Florizondo Araneda Peña perdura un ejemplo de amor inquebrantable, coraje ante la adversidad y resiliencia infinita. Que su memoria nos inspire a vivir con gratitud, a abrazar cada amanecer con la certeza de que la paz interior es el más valioso tesoro. En cada caída encontraremos la fuerza para levantarnos, en cada lágrima la posibilidad de renacer con un corazón lleno de esperanza. Que su luz perdure en nuestros corazones, recordándonos que el amor es el camino hacia la serenidad y la plenitud. ¡Sigamos adelante con fe y valentía, honrando su memoria con cada paso que damos en este camino llamado vida!
Publicado en el archivo
17 de septiembre de 2019