En honor a Francisco Javier Montory Gajardo, recordemos que en cada amanecer hay una oportunidad para abrazar con gratitud la vida, irradiar amor y tener coraje para enfrentar los desafíos. Que la resiliencia sea nuestro escudo, guiándonos hacia la paz interior y la esperanza inquebrantable. Cada lágrima derramada es un tributo a los momentos compartidos, y cada sonrisa un canto a la eternidad de su amor. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que su legado perdurará en cada acto de bondad que sembremos. ¡Que la luz de su recuerdo sea nuestro faro en la oscuridad!
Publicado en el archivo
6 de mayo de 2020